La limpieza en los centros sanitarios es una cuestión de vital importancia en el más literal de los sentidos. Puesto que acuden personas en una situación de salud vulnerable, la higiene y la desinfección son las que aseguran que el entorno se mantenga seguro y libre de gérmenes que puedan empeorar su estado. Pero, ¿cómo se realiza la limpieza en los centros sanitarios para que sea realmente eficaz?
Importancia de la limpieza de centros sanitarios
Entendemos por centros sanitarios todos aquellos lugares en los que se presta atención médica. Estos incluyen los centros de salud como las clínicas y los hospitales. Además de personas que padecen alguna enfermedad o patología, también están presentes la plantilla de trabajadores y las visitas que los primeros reciben.
La presencia de gérmenes y microbios a nuestro alrededor es una constante. Pero solo somos conscientes de ello cuando nuestro estado de salud es vulnerable. Por esta razón, extremar la limpieza de centros sanitarios permite que se mantengan unos estándares de calidad adecuados.
Sin embargo, por la delicadeza que presenta este sector, se recomienda optar siempre por empresas que se dediquen a ello y que estén especializadas en este tipo de limpieza profesional. De este modo, se asegurará que se conocen los protocolos específicos de actuación, así como las necesidades y particularidades concretas de estos espacios.
En Ibérica Servicios Integrales, nos enfocamos en diferentes sectores, entre los que figura el de la salud. Trabajamos con diversas filiales que nos permiten centralizar todas las tareas de limpieza y desinfección y cumplir con los objetivos de estos centros.
¿Cómo realizar la limpieza de centros sanitarios?
Evaluación e identificación de zonas
No existe una forma fija de trabajar en estos espacios, ya que cada lugar tiene sus propias características y un nivel concreto de complejidad. Por ello, los protocolos a seguir con respecto a la limpieza de centros sanitarios varían con el tiempo al ser revisados con regularidad. En particular, por las circunstancias que puedan darse en momentos determinados; la prioridad será siempre garantizar la salud y el bienestar de los pacientes.
No obstante, en general se debe realizar siempre un estudio de toda la infraestructura a cubrir y de las diferentes áreas de trabajo. Dentro de estas, se establece un orden de prioridad. De acuerdo con este, podemos distinguir entre las siguientes zonas:
– Bajo riesgo. Espacios sin personas enfermas y que no cuentan con material médico, por lo que la limpieza es a un nivel más superficial. Son las salas de espera, los pasillos, las oficinas, los ascensores o los aseos públicos.
– Riesgo medio. En estas zonas el protocolo empieza a ser más específico, puesto que ya hay una mayor presencia de gérmenes o un riesgo mayor de que estos interfieran en la salud de los pacientes. Por ejemplo, zonas de hospitalización, diagnóstico, salas de exploración, cocinas o lavandería.
– Riesgo alto. El riesgo y la vulnerabilidad pasan a ser muy altos y además de la limpieza frecuente, es imprescindible la desinfección al más mínimo detalle. Aquí entran los laboratorios y la zona de urgencias médicas.
– Zonas estériles. Como su nombre indica, estos espacios deben estar totalmente desinfectados y esterilizados, así que los niveles de limpieza serán los más elevados. Son los quirófanos y las Unidades de Cuidados Intensivos o UCIs.
Uso de material adecuado
Los niveles de riesgo mencionados hacen que en cada espacio se necesiten productos y maquinaria diferente, pero también procedimientos específicos que tengan en cuenta la reducción de las contaminaciones.
Por ejemplo, se recomienda utilizar guantes de goma y desecharlos tras un solo uso cuando se trate de pacientes que están aislados. También emplear bayetas húmedas para las superficies y mopas para el suelo o mantener los carros siempre fuera de las habitaciones.
Orden de limpieza
Además del orden en función de la urgencia, dentro de cada estancia también hay una metodología. Esta es la de comenzar siempre por recoger todo lo que sean vertidos orgánicos, como los fluidos corporales, y después dar prioridad a las áreas más limpias, como una habitación, para más tarde pasar a las más sucias, como un aseo. También se debe ir de arriba hacia abajo y de dentro hacia afuera.
Periodicidad
La limpieza de centros sanitarios tiene su propia periodicidad con respecto a cada área. Mientras que las de bajo riesgo se pueden limpiar una vez al día, otras como los quirófanos y el resto de zonas estériles se deben higienizar de manera continua.
Para conocer más detalles sobre este proceso de limpieza o externalizar estos servicios, puede contactar con Ibérica Servicios Integrales.