Nunca como actualmente, se ha puesto tanto el foco de atención sobre la limpieza e higiene en los procesos industriales. Y es que, es un elemento esencial para la prevención de riesgos laborales, a la vez que afecta a la productividad.
La higiene en los procesos industriales
Los espacios y equipos que se utilizan para cualquier actividad industrial necesitan de una limpieza más exhaustiva que en otro tipo de edificios. Las razones son obvias:
- Afecta a la salud de los trabajadores de dos maneras. Directamente, provocando molestias o enfermedades en la piel, las vías respiratorias u otros órganos. Además, la acumulación de suciedad en las instalaciones o la maquinaria puede provocar accidentes.
- Influye en la calidad del producto final. Este aspecto es especialmente delicado en industrias como la alimentaria, la farmacéutica o la química. Pero, en general, cualquier artículo puede salir más deteriorado si se fabrica en condiciones higiénicas adversas.
- Disminuye la productividad, tanto porque hay más absentismo laboral, como porque baja la capacidad de concentración y atención de los trabajadores.
- Hay que cumplir con la normativa vigente sobre limpieza en las industrias.
Garantizar una óptima higiene en la industria
Los profesionales hablamos de higiene en los procesos industriales porque no solo hay que eliminar la suciedad. También se tiene que atacar la presencia de microorganismos que puedan generar infecciones u otros problemas de toxicidad. Además, para enfatizar la importancia de que se garanticen los resultados y la eficiencia sea máxima. ¿Y cómo se consigue? Es lo que explicamos a continuación.
1. La planificación, la clave para la higiene en procesos industriales
Hay que partir de la base de que la limpieza industrial siempre debe concebirse como un programa. Es decir, planificada como un esquema que abarca distintas etapas, que se organizan atendiendo a diversos elementos:
- Las distintas zonas en las que se organizan las instalaciones. Sobre todo, es importante separar según las actividades que se realizan. Además, hay otros factores como el tránsito o el almacenamiento de productos que se deben tener en cuenta para separar las áreas de limpieza.
- La exposición a los distintos tipos de suciedad. Las técnicas y productos de limpieza industrial son distintos si se tiene que eliminar polvo, grasa, sustancias químicas o restos orgánicos, por poner algunos ejemplos.
- La producción de suciedad. Este elemento afecta, sobre todo, a la frecuencia con la que se acometen las tareas de limpieza. Es evidente que una zona de mucha actividad, por la que se mueven muchas personas y material, es más propensa a ensuciarse.
2. Profesionalizar el servicio
Tanto si se decide externalizar, como si se organiza por la propia empresa, es esencial que se deje en manos de personal formado en limpieza e higiene industrial. Es la forma de garantizar la higiene en procesos industriales, ya que se usarán las técnicas y los procesos más adecuados a cada caso.
En general, es más eficaz contratar un servicio de limpieza profesional externo, por varios motivos:
- El coste es más barato. Aunque a priori parezca lo contrario, contar con un departamento de limpieza propio implica más gastos, tanto en compra de material de limpieza como en reparación de maquinaria o costes salariales.
- Se incorporan los avances tecnológicos y científicos que van surgiendo, una inversión que no suele compensar para servicios de la propia industria.
- Hay la seguridad de que se respeta la normativa específica vigente en cada lugar y momento. Conviene recordar que, además de la legislación general, suele existir regulación autónoma e, incluso, del propio sector industrial al que se pertenezca.
3. Aplicar los métodos apropiados para cada proceso industrial
Ni todos los productos sirven para los mismos objetivos, ni todas las técnicas resultan igual de eficaces, como se hace visible en estos ejemplos:
- La limpieza industrial con productos espumantes es muy eficaz para remover suciedad muy incrustada en grandes espacios. Su uso en zonas pequeñas puede tener el efecto contrario.
- El uso de vapor de agua es muy aconsejable como desinfectante, especialmente cuando se quiere evitar riesgos de toxicidad y, además se prioriza el cuidado medioambiental. Sin embargo, no es el mejor sistema para quitar grasa.
- El ozono es una tecnología muy interesante para tratar aguas residuales y la desinfección del aire.
Solo garantizando la higiene en los procesos industriales, se estarán consiguiendo los objetivos de salubridad, prevención de riesgos y aumento de la productividad. Así trabajan todos los equipos de limpieza profesional de Alianza Ibérica Servicios Integrales.