El limpiador amoniacal es un producto de limpieza que se puede utilizar en diferentes espacios y para múltiples finalidades. En este artículo, veremos en detalle qué es y sus aplicaciones.
¿Qué es un limpiador amoniacal?
Un limpiador amoniacal es un producto químico que se emplea como solución de limpieza. Como su nombre indica, contiene una concentración de amoniaco disuelto en agua. El amoniaco es un compuesto químico formado por nitrógeno e hidrógeno (NH3), y actúa como agente limpiador y desinfectante.
Es conocido por su capacidad para disolver tanto la grasa como distintos tipos de suciedad y residuos orgánicos. Por ello, no solo se emplea para tareas de limpieza doméstica, sino también comercial e industrial.
Su acción es desengrasante y desinfectante; esta versatilidad hace que sea una de las elecciones principales a la hora de limpiar y desinfectar superficies como pisos, azulejos, encimeras, lavabos, bañeras, vidrios y espejos.
Además, el limpiador amoniacal también se utiliza para eliminar manchas y olores persistentes, como los causados por mascotas, humo o derrames de alimentos. Sin embargo, es importante utilizarlo con precaución y seguir las instrucciones del fabricante.
Usos y aplicaciones de estos limpiadores
Los limpiadores amoniacales tienen una amplia gama de usos y aplicaciones en diferentes ámbitos, como los siguientes:
Limpieza del hogar
En el hogar, el limpiador amoniacal es utilizado para limpiar y desinfectar diversas superficies, como suelos, encimeras y piezas del baño. Su capacidad para eliminar manchas difíciles, como grasa acumulada o residuos de jabón, permite limpiar en profundidad estos espacios.
Limpieza comercial
En entornos comerciales, como oficinas, restaurantes y hospitales, el amoniaco es utilizado para limpiar y desinfectar áreas de alto tráfico. Por ejemplo, pasillos, baños públicos y áreas de preparación de alimentos. Su acción desinfectante ayuda a mantener un ambiente limpio y saludable para empleados y clientes.
Limpieza de vidrios y espejos
Este limpiador es especialmente eficaz para la limpieza de vidrios y espejos, ya que elimina con rapidez manchas, huellas dactilares y residuos de productos anteriores. Además, tiene la capacidad de dejar las superficies brillantes y sin rayas.
Eliminación de manchas y olores
Además de su uso generalizado en la limpieza de superficies, el limpiador amoniacal también cuenta con una acción desodorizante y ayuda a neutralizar los olores desagradables para dejar un aroma fresco y limpio.
¿Cómo se utiliza un limpiador amoniacal?
Para utilizar un limpiador amoniacal de manera segura y que cumpla con su cometido, se deben seguir estos pasos:
– Diluir el limpiador según las instrucciones del fabricante. La mayoría de los productos vienen en forma concentrada y deben diluirse con agua antes de su uso.
– Aplicar la solución sobre la superficie a limpiar con un paño limpio o una esponja.
– Frotar la superficie con movimientos circulares para que la suciedad y las manchas se vayan soltando.
– Dejar actuar durante unos minutos para permitir que penetre en la suciedad.
– Enjuagar la superficie con agua limpia y seca con un paño o papel absorbente.
Es importante leer y seguir las instrucciones del fabricante y tomar las precauciones adecuadas al manipular y utilizar productos que contienen amoniaco. Si bien no se le considera que suponga un grave peligro para la salud, sí que es irritante con la piel, los ojos y las vías respiratorias en dosis elevadas. Por tanto, la estancia o el espacio a tratar debe contar con ventilación o se deben tomar las medidas de protección pertinentes.
¿Qué tipo de productos de este tipo son los más empleados?
Existen multitud de tipos de limpiadores amoniacales que están disponibles en el mercado. A la hora de decantarse por unos u otros, hay que tener en cuenta la finalidad que se persigue o el área que se va a tratar. Por ello, siempre se recomienda contratar a profesionales de limpieza que tengan los conocimientos necesarios sobre equipos y productos y las necesidades de cada entorno. En cuanto a los productos con amoniaco, destacamos los siguientes:
– Limpiadores multiusos. Son versátiles y pueden utilizarse para limpiar una variedad de superficies en el hogar y en entornos comerciales.
– Limpiadores específicos. Están diseñados para tareas de limpieza más concretas, como la limpieza de vidrios y espejos, pisos o baños.
– Concentrados. Deben diluirse en agua antes de su uso y son más económicos a largo plazo.
– Con fragancia. Puesto que el amoniaco tiene un olor fuerte, algunos productos contienen fragancias añadidas para dejar un aroma fresco y limpio.
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