La preocupación por la salud y la seguridad de los trabajadores es hoy una prioridad de cualquier empresa. En este contexto, la higiene industrial es uno de los factores que más contribuyen a crear las mejores condiciones en los entornos de trabajo. Es esencial contar tanto con intervenciones puntuales como con servicios de limpieza regulares para asegurar que se mantienen constantes los máximos niveles de limpieza y salubridad.
En Alianza Ibérica Servicios Integrales planificamos todas nuestras estrategias de higiene industrial atendiendo a las peculiaridades específicas de cada empresa. Pero existen unas líneas de mantenimiento básicas y generales que conviene tener siempre presentes, y que revisamos a continuación.
¿Higiene industrial vs. limpieza industrial?
Es frecuente que se utilicen indistintamente los términos higiene industrial y limpieza industrial. Y, aunque ambos forman parte de las acciones que garantizan la seguridad y salubridad en industrias y espacios adyacentes, son procesos distintos.
La limpieza industrial es el conjunto de tareas e intervenciones que se realizan para eliminar la suciedad y mantener unas condiciones medioambientales seguras. También, garantizar el perfecto funcionamiento de los equipamientos y las instalaciones. Por su parte, la higiene industrial es una “técnica de prevención de enfermedades profesionales” mediante una intervención en los centros de trabajo, según define el propio Ministerio de Trabajo.
Sin embargo, se trata de un procedimiento complejo que se ha ido modificando y evolucionando con el paso del tiempo. Así, en la actualidad, la higiene industrial se entiende y se enfoca desde una perspectiva de prevención. La finalidad es modificar y controlar el entorno de trabajo para que no se produzcan las condiciones en las que se desarrollan o propagan esas enfermedades laborales. Pero, además, hoy se amplían sus objetivos en tres ejes igual de importantes:
- La promoción de la salud de los trabajadores, como se ha citado anteriormente.
- La protección del medioambiente.
- La implicación de la higiene industrial con el desarrollo sostenible.
Claves para establecer una correcta higiene industrial
La higiene industrial, como hemos avanzado, no es un mero proceso de limpieza de las instalaciones y equipamiento de una empresa. Una de sus tareas esenciales es la de identificar y evaluar los riesgos concretos que se dan en cada entorno laboral. Hay que recordar que se trata de establecer unas condiciones óptimas de trabajo, lo que repercute en la salud de los empleados, pero también en la productividad. Y tiene una relación directa con la reducción del absentismo laboral.
Es evidente que este tipo de actuaciones solo pueden dejarse en manos de profesionales formados en higiene industrial. Básicamente, se divide el proceso de higiene industrial en tres fases
1. Estudio técnico
En esa fase de análisis previo, se tienen que valorar aspectos como:
- Identificación de los distintos espacios, estableciendo una clasificación por zonas, dependiendo de las actividades a las que se dedican.
- Evaluación de los procedimientos y protocolos de trabajo que se utilizan en cada departamento.
- Establecimiento de los puntos críticos.
- Definición de la estrategia de limpieza adecuada, teniendo en cuenta el ámbito en el que se aplicará.
- Distribución de las tareas y la frecuencia en la que se tiene que intervenir en las diferentes zonas.
- Selección de los productos higienizantes más eficaces, así como los equipos y tecnología más indicados según la actuación que se deba ejecutar.
2. Ejecución del proceso de higiene industrial
Teniendo en cuenta toda la información anterior, se procede a los trabajos de higiene industrial. En este paso, es esencial respetar estos aspectos:
- Establecer una estrategia que incluya espacios, tareas y tiempos. Lo ideal es que se establezca un plan de control para testear que no se olvida ninguna actuación y que se realizan en el orden y periodicidad establecidos para cada zona.
- Delegación de las distintas tareas en los equipos de profesionales formados para las mismas.
- Supervisión constante de la ejecución de los distintos servicios de higiene industrial.
3. Control de calidad del servicio
Finalmente, para que una actuación de higiene industrial sea realmente efectiva, debe incorporar una constatación de que se ha realizado correctamente. Por eso, debe incluir inspecciones visuales, análisis microbiológicos en los casos que se necesite y una estrategia de seguimiento continuada, para que el proceso se pueda ir mejorando siempre.
La higiene industrial forma parte esencial de la prevención de riesgos laborales. Una actividad que precisa de conocimientos y experiencia específicos. Por eso, en Alianza Ibérica Servicios Integrales contamos con equipos profesionales para responsabilizarse de estos servicios de higienización.