Solo hacía falta la experiencia de una pandemia para ratificar la importancia de la desinfección en los espacios de uso público para prevenir el contagio y expansión de enfermedades. Hasta la llegada del COVID, parecía que desinfectar era un protocolo reservado para determinados lugares especialmente sensibles, básicamente, los relacionados con la Sanidad. Actualmente, nadie duda que una limpieza profesional debe incluir la desinfección como parte esencial de sus tareas. Las razones son evidentes, como se puede constatar.
¿Qué es desinfectar?
A menudo, se identifican los términos limpieza y desinfección como si fuesen la misma acción. Sin embargo, tanto su objetivo como las técnicas que se aplican en cada uno de estos procesos son distintas. La desinfección es el procedimiento que tiene como finalidad la eliminación de microorganismos y agentes patógenos que, potencialmente, tienen capacidad de provocar o expandir enfermedades. En este grupo se incluyen, virus, bacterias o determinados protozoos, entre otros.
El objetivo, por tanto, de realizar la desinfección de un espacio es el de hacer desaparecer y evitar que se reproduzcan cierto tipo de microorganismos. Habitualmente, se trata de un proceso en el que se utilizan productos químicos específicos, sobre todo:
- Bactericidas, para atacar a las bacterias.
- Fungicidas contra los hongos.
- Virucidas que eliminan virus.
- Esporicidas para hacer desaparecer las esporas.
Entre los desinfectantes más utilizados destacan el cloro y otros compuestos clorados (agua oxigenada, ácido peracético). También, los productos que contienen alcohol o el amonio.
Cómo garantizar una desinfección eficaz
Como se ha señalado, la desinfección es una tarea muy concreta. Mientras la limpieza va destinada a eliminar la suciedad y la higienización a crear espacios más saludables, mediante la reducción de la carga microbiana, la desinfección debe acabar definitivamente con los agentes patógenos. Es el paso final de la cadena de una limpieza completa.
Los procedimientos de una desinfección, por lo tanto, son específicos. Como se ha señalado anteriormente, se trata de aplicar determinadas sustancias. Pero, no todas son eficaces en las mismas situaciones. De ahí que, para garantizar que se ha desinfectado una superficie o espacio, sea imprescindible tener un conocimiento preciso de los distintos productos y su ámbito de aplicación.
Pero, además, hay otros aspectos que se tiene que tener en cuenta para realizar una desinfección eficaz:
- Hay que utilizar cada desinfectante en las proporciones y con las técnicas recomendadas en cada caso concreto.
- También, se respetarán los tiempos de contacto indicados para cada producto. Algunos actúan de forma inmediata, pero otros hay que dejarlos actuar durante un tiempo concreto para que cumplan su función.
- El proceso de desinfección debe planificarse atendiendo al tipo de superficies, la frecuencia de contacto o la exposición a los patógenos, entre otros factores. Estos elementos afectan, especialmente, a la frecuencia e intensidad en la que se debe realizar la desinfección.
Desinfección y salud
Desinfectar es prevenir y, por tanto, debe ser parte esencial de la estrategia de mantenimiento de cualquier espacio. Evidentemente, hay determinadas industrias o instalaciones en las que la desinfección tiene que intensificarse, por el tipo de actividad que realizan o porque hay presencia de personas más vulnerables. Por ejemplo, las empresas farmacéuticas, las alimentarias o donde se trabaja con determinadas sustancias. También, las residencias de mayores, los centros sanitarios o los colegios y gimnasios o escuelas deportivas.
Sin embargo, sería un error limitar la desinfección a estos lugares o recurrir solo a ella en los casos en los que ya se ha detectado una crisis, como el brote de una enfermedad. El verdadero objetivo de un servicio de desinfección debe ser actuar de barrera, impedir que se llegue a la propagación de cualquier enfermedad. Para conseguirlo, solo hay un método válido y que garantice los resultados, mantener una estrategia de limpieza y mantenimiento que incluya la desinfección.
Por último, es necesario recordar que las tareas de desinfección deberían realizarlas profesionales. Por un lado, para que sean efectivas. Pero, por otro, para evitar accidentes o poner en riesgo a las personas, ya que se trabaja con productos peligrosos y que se deben manipular con precaución para que no afecten a la integridad de los limpiadores, ni de quienes ocupan esos espacios. En este sentido, hay dos medidas esenciales:
- El uso de equipos de protección para los profesionales que se ocupan de la desinfección (guantes, mascarillas, gafas).
- La ventilación del área, durante la desinfección y por el tiempo posterior necesario para recuperar la calidad del aire.
La desinfección es una tarea esencial para evitar la propagación de infinidad de enfermedades. Su eficacia solo está garantizada si la realizan profesionales, como ocurre con los equipos de expertos de Alianza Ibérica Servicios Integrales.